viernes, 8 de julio de 2016

NO TEMERÁS, Juana Castro.





No temerás
Juana Castro
Ediciones Torremozas
(2ª edición) Madrid, 2016




           Juana Castro (Villanueva de Córdoba, 1945) es poeta y profesora de Educación Infantil y miembro de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Colabora en diversos medios literarios como articulista y crítica literaria, además de co-traductora de poesía italiana. Ha obtenido importantes premios en el campo de la poesía y la narrativa, entre los que destacan: Premio Juan Alcaide por Paranoia en otoño (1985); Premio Juan Ramón Jiménez por Arte de cetrería (1989); XI Premio Carmen Conde por No temerás (1994) o el Premio Jaén de Poesía por Los cuerpos oscuros en 2005 (obra galardonada también con el Premio Solienses, 2006). En 2010 publicó una antología de su obra, Heredad, seguida de Cartas de Enero, con la que consiguió el Premio Nacional de la Crítica 2011, y el poemario La bámbola finalista al Premio Solienses 2011.

           Juana Castro se nos presenta con una voz que habla desde una perspectiva, en cierta manera, desafiante, valiente y segura de su persona cuando aborda temas como el exilio o la muerte. Para evadir o quitarle importancia a ese dolor, el cual constantemente trata de enmascarar desde una postura a veces fría, otras de firmeza y fortaleza, alude al mundo onírico donde todo puede suceder y es ella quien puede elegir la configuración de sus acontecimientos. En esos instantes, piensa en su hermana, que para ella es su salvadora.
           Llega un momento en el que Juana parece liberarse de sí misma, de lo que le han hecho ser y aparentar en cierto modo, y se muestra libre, sin trabas ni tapujos. No teme que la veamos tal cual es, pero en realidad no tiene en cuenta nuestra opinión sino la suya propia. El propio criterio de su mente, de su cuerpo que le mira de frente. No teme juzgarse -si tiene que hacerlo-, ya no hay que ocultar nada.

           Podemos observar a una mujer que se siente sola en medio de todo y de nada y que no quiere que nos compadezcamos de ella. Tras esa voz firme y tajante propia, se puede entrever, a nuestro entender, una honda tristeza que alberga un fornido corazón. No deja que nadie se adentre y conozca su parte más vulnerable.

Con No temerás, libro que le valió el XI Premio Carmen Conde, nos insta a quitarnos las barreras y los miedos de cosas que son insignificantes pero a las que les damos mucha importancia. Es un canto herido que pretende curarse, y que nos curemos nosotros también. En ciertos momentos, podemos ver cómo la poeta habla consigo misma olvidándose de lo que le rodea, y de que nosotros, los lectores, estamos siendo conscientes de sus sentimientos. O eso creemos. Da la sensación de que derrama todas sus emociones en el papel pero, sin embargo, algo nos dice que lo más doloroso se lo ha guardado para sí. Puede que sea para no mostrarse débil -que dudamos mucho que lo sea- o, simplemente, porque es parte del pasado, y a este por crudo que sea no hay que temerle sino mirarle de frente, como Juana a todos los miedos que ha vencido.





ECCE HOMO


Soy sólo una mujer
sentada en la banqueta.
Me ha pintado la noche
yerma al claro de agosto, despojada.
Aquí sólo el silencio
me acompaña y me fija, presa en mí
del instante.
Nada miro ni hablo.
Nada pienso, y estoy
como no están las piedras,
quizá como una carne
disecada y sin alma. Ni pregunto
ni espero. Ha cesado
la vida y ha cesado la intención
y el temblor. Nada hay
que crezca ni que aflore. Nada siente.
Y sin embargo, todo:
demonio, mundo, devenir, distancia,
todo dice y proclama que no existe,
ni por dentro ni fuera, otra
más que esta segura eternidad:
una pobre
mujer sentada en su banqueta.


           

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