viernes, 24 de junio de 2016

CORTEZA DE ABEDUL, Antonio Cabrera





Corteza de abedul
Antonio Cabrera
Tusquets editores
Barcelona, 2016




           Antonio Cabrera (Medina Sidonia, 1958) es poeta, crítico y traductor español. Su poesía encuentra una de sus principales fuentes de inspiración en la naturaleza. Ha colaborado en revistas culturales como Clarín o Letras Libres y en periódicos, El País, ABC. Ha traducido a Gianni Vattimo (Poesía y ontología, 1993), Josep Maria de Segarra (Los pájaros amigos, 2002) y Vicente Alonso (Sobre el lamento de Jasón, 2007). Sus primeros poemas  aparecieron en Autorretrato (1987) y Ante el invierno (1996). Sin embargo, se dio a conocer con su libro Estación perpetua (2002) galardonado con el XII Premio Internacional Fundación Loewe y el Premio Nacional de la Crítica. Ha cosechado otros premios como el XXV Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla y el Premio de la Crítica Valencianapor Con el aire (2004).

           Es indudable, una vez más, cómo el poeta se encuentra en medio de la naturaleza para contemplarla. En su quietud es consciente del desplegue que realiza aquélla. Se fija en todos sus movimientos: en el tacto de la corteza del abedul, en la cadencia de la palmera, en el "vuelo errático" de las aves marinas. Cabrera se mimetiza con el medio para formar parte de él, para integrar en su interior la pureza de la natura: El rumor de los pinos se desleía en torno. / Mi mano no era nada. Yo fui nadie. Describe a la naturaleza con rigurosa precisión, lo que nos recuerda al poema de Ángel González Apoyas la mano. Incide en lo más profundo del medio con un lenguaje que bien podría ser la brisa que vive "El transeúnte" o el "Rumor de lluvia". La conexión que existe entre el poeta y la naturaleza es sorprendente, nada se interpone entre ellos, Existe una infinita afinidad, proximidad y mímesis con todo lo que le rodea.
           Las evocaciones y los sentidos están muy presentes, como unión entre sentimiento y palabra: yo, / que soy el ojo, soy también / su esperanza, / y busco una sombra / para que cielo y árboles se adentren/ otra vez / en mi sombra. Esta unión facilita al lector poder ser parte de esa mitología, del juego de los sentidos. 

           Antonio Cabrera hace que sintamos el tacto de la corteza de abedul en nuestras manos, que sintamos el olor a café cuando el sol nos baña las mejillas y que seamos, si se puede en cierto modo, parte de esa naturaleza.




ORACIÓN

                                                   A Susana Benet



Pasos que doy
bajo los brotes nuevos
de las moreras, sendas
entre cañaverales,
                             conducidme
a la orilla de lo que me descarta,
a un estanque
donde no me refleje,
a un lugar
desde donde volver.

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